Todos creemos que sabemos manejar, pero no por pasar mucho tiempo
en el puesto del piloto somos mejores conductores que los
demás.
Para empezar, muy pocos saben cómo deben sentarse y por qué. Para entender esto vamos a resumirlo a continuación:
Sentarse correctamente implica:
- Tener una distancia ni muy cercana ni muy lejana al
volante. Lo ideal es recargar la espalda completamente en el asiento, estirar
los brazos y permitir que las muñecas se posen sobre el volante. Los brazos
deben estar semiflexionados a la hora de conducir, porque en caso de un
accidente no recibirían la fuerza que los rompería y porque el movimiento del
volante se vuelve más rápido que si llevas los brazos estirados. ¿Cuándo has
visto a un piloto de F1 con los brazos estirados al manejar? La respuesta es:
nunca.
- La distancia entre el techo del
coche y la cabeza debe ser de un puño cerrado. Coloca tu puño sobre tu cabeza y
si no cabe, entonces estás demasiado cerca del toldo del coche y en caso de
volcadura puede ocasionarte fuertes lesiones.
- Para saber a qué distancia debes
viajar de los pedales sucede lo mismo que con los brazos, deben estar semiflexionadas
para transmitir la fuerza en caso de colisión y no absorberla. Ya que estés
bien sentado con la espalda recargada, coloca el pie izquierdo detrás del freno
(en coche automático) o detrás del embrague o clutch. La distancia correcta
será con la rodilla semiflexionada para que en caso de que necesite frenar, su
pierna tenga la fuerza suficiente para hacerlo.
Principales errores al tomar el volante
El Pilotillo
Detrás del volante lo primero que debes hacer es sujetarlo en
posición de 9-3 (como si el volante fuera un reloj).
Y como es más fácil decir lo que no se debe hacer, aquí te
mostramos los tipos de malos conductores para que si los ves en la calle, los
corrijas:
El Bicicleto
Aquél que toma el volante por el interior para hacer los giros.
Con esta posición, la fuerza del volante en un giro brusco le ganará a la
fuerza de sus brazos.
El Perezoso
Es quien en vez de tomar el volante con las manos, lo hace con los
brazos asegurando que en una maniobra brusca se impactará irremediablemente.
El Peligroso
Aquél que durante el giro del volante lo suelta para después
volverlo a tomar. Nada más absurdo que soltar las riendas del caballo.
El Pausas
Es quien da las vueltas haciendo movimientos cortos en vez de un
solo movimiento de manera continua.
El Cruzadito
Aquél que cruza los brazos, uno sobre el otro, para efectuar los
giros del volante.
Quien cree que llevando una mano al volante y la otra a la palanca
de cambios hará menos tiempo en el tránsito cotidiano.
El Noviecito
Aquél que lleva la mano izquierda sobre el volante y la derecha
sobre el respaldo del asiento como si fuera abrazando a su damisela.
El Miope
Quien se sienta demasiado cerca del tablero poniendo en riesgo su
vida si es que explota la bolsa de aire.
El Orejas de Conejo
El que coloca las manos juntas en la parte superior del volante
como si fuera agarrando dos orejas de conejo.
El Lavaplatos
Quien da las vueltas poniendo su palma extendida sobre el volante
como si estuviera secando la vajilla.
¿Con cuál te identificas? Te sugerimos estar bien consciente de la
posición que utilizas, porque es aquí donde comienzan los accidentes.
Fuente: Publimetro.com
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