MÉXICO, LA GRAN FÁBRICA DE AUTOS DE LOS EE.UU.


Más de 60% de la producción automotriz norteamericana se realiza este año en México. En el corredor de 600 kilómetros situado entre Puebla y Aguascalientes se han creado más empleos automotores en los últimos 5 años que en todos los Estados del Medio-Oeste sumados, con epicentro en Detroit. En este gigantesco cluster industrial ubicado en el centro de la Federación Mexicana, las grandes transnacionales automotrices –General Motors, Ford, Chrysler, Honda, Mazda, Nissan, Audi, Volkswagen– han anunciado inversiones por US$ 10.000 millones o más, para ampliar sus plantas de producción y capacidad exportadora.

El área que recibe más inversiones está centrada en Guanajuato, en una de las regiones más pobres de México, poseedora del récord de inmigración ilegal a EE.UU.
El núcleo del comercio bilateral entre México y EE.UU. es de tipo industrial (80% del total) y 40% corresponde a la producción manufacturera compartida (o transnacional).

Esta producción (sharing production) EE.UU - MÉXICO, se encontraban en tercer lugar debajo de China y Canadá que superó 40% (US$ 493.000 millones en 2012). Probablemente por eso, el comercio bilateral mexicano-norteamericano treparía en 2015 a US$ 650.000 millones/US$ 700.000 millones y sería así el primero del mundo. 

México se ha convertido en el eje de atracción de la inversión transnacional de la industria aeroespacial, incluyendo la fabricación de equipos satelitales. El cluster aeroespacial –centrado en Querétaro- está constituido por 238 empresas transnacionales de alta tecnología (Boeing, Bombardier, Airbus, entre otras) organizadas en red, en lo que constituye el principal centro de especialización de las industrias espaciales del mundo.

El punto crítico del desarrollo mexicano es la vinculación entre el sector transnacional y el resto de la economía, orientada al mercado interno. El problema de la economía doméstica mexicana es el nulo o negativo nivel de incremento de la productividad. México puede ser – lo es ya – el socio estructural de EE.UU. en la “nueva revolución industrial” y parte de un salto tecnológico exponencial, pero al mismo tiempo 2/3 de su población se mantiene sumergida en una situación de estancamiento secular del ingreso real per cápita. Esta paradoja confirma el carácter desigual y combinado, hondamente desequilibrado y contradictorio, del sistema capitalista, pero equivale para México a un gran fracaso nacional.

Fuente: clarín.com

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