El Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), a 20 años de haberse puesto en marcha, ha
ayudado a la aceleración de la industria automotriz mexicana de forma tal que
para el 2013 destaca como el principal proveedor de las compras que realiza la
economía más grande del orbe en ese segmento de producción.
Durante
el 2013, las importaciones del sector automotor estadounidense ascendieron a
311,188 millones de dólares, donde el mercado mexicano captó 86,222 millones de
dólares, es decir, 27.7% del total, de acuerdo con datos del Departamento de Comercio de Estados
Unidos.
Canadá le sigue
con 61,948 millones de dólares (19.9% del total); la japonesa, con 54,850
millones (17.6%); la alemana, con 35,983 millones (11.6%); la surcoreana, con
20,236 millones (6.5%), y la china, con un ingreso de 16,225 millones de
dólares (5.2 %).
En México, antes
de que se firmara este tratado comercial, 20% de los ingresos del
país provenía del rubro petrolero y 80%, del ejercicio fabril; pero después de
1994, la contribución de ambos sectores se invirtió, aseguró Raymundo Tenorio
Aguilar, director de la Licenciatura en Economía y Finanzas del Tecnológico de
Monterrey Campus Santa Fe.
Este cambio,
manifestó, en la dirección de la industria automotriz se debió a dos decretos
durante la administración de Salinas de Gortari: pasar de una situación
deficitaria a una superavitaria donde la industria terminal financiara sus
importaciones y la liberación de aranceles que permitió la compra de
maquinaria. Lo anterior significó la reconversión y modernización, en términos
industriales, del sector automotor.
Es tanta la
importancia del sector automotriz, que las importaciones totales de la
industria de Estados Unidos, para el año pasado, aumentaron, respecto al año
previo, 11,000 millones de dólares.
Si bien el TLCAN
creció a una tasa promedio anual de 10% entre 1994 y el 2013, trajo apertura a
la inversión extranjera en México y creó empleos, la articulación de cadenas
productivas no fue con capital mexicano. La principal causa fue que hace 20
años las armadoras (Ford, GM y Chrysler) optaron, fundamentalmente, por
proveedores extranjeros, ya que el mercado mexicano no estaba todavía
calificado. Por lo anterior, es necesario un diseño de desarrollo industrial
que incorpore a las pymes, que realice encadenamientos locales.
Fuente: El
Economista
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